¿Es aún relevante el trasplante de progenitores hematopoyéticos en la nueva era de la inmunoterapia?




José M. Moraleda-Jiménez, Servicio de Hematología, Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca, Murcia; Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Pascual Parrilla, Murcia; Departamento de Medicina, Facultad de Medicina, Universidad de Murcia, Murcia; España
Miguel Blanquer-Blanquer, Servicio de Hematología, Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca, Murcia; Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Pascual Parrilla, Murcia; Departamento de Medicina, Facultad de Medicina, Universidad de Murcia, Murcia; España
Fermín Sánchez-Guijo-Martín, Servicio de Hematología, Hospital Universitario de Salamanca, Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, Universidad de Salamanca, Salamanca; España
Andrés Sánchez-Salinas, Servicio de Hematología, Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca, Murcia; Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Pascual Parrilla, Murcia; España


El trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH), tanto autólogo (TAPH) como alogénico (alo-TPH), sigue siendo una terapia curativa clave en enfermedades oncohematológicas como las leucemias, los linfomas y el mieloma múltiple. Aunque la inmunoterapia (anticuerpos monoclonales, CAR-T) ha revolucionado el tratamiento, el TPH mantiene su relevancia, especialmente en pacientes con alto riesgo de recaída o resistencia. El TPH ha evolucionado con mejoras tales como acondicionamientos de intensidad reducida, ciclofosfamida postrasplante y donantes haploidénticos, ampliando su acceso. Sin embargo, persisten desafíos, como la toxicidad, la enfermedad injerto contra receptor y la recaída. En la leucemia aguda mieloide y los síndromes mielodisplásicos, el alo-TPH sigue siendo estándar para casos de alto riesgo. En la leucemia aguda linfoblástica, su uso se ha reducido gracias a las terapias dirigidas y las CAR-T, pero también es crucial en enfermedad en recaída y de alto riesgo. En muchos linfomas B, las CAR-T están desplazando al TAPH en pacientes en recaída de alto riesgo o refractarios, pero el alo-TPH sigue siendo una opción en las recaídas tras CAR-T. En el mieloma múltiple, el TAPH sigue siendo estándar en primera línea, mientras que el alo-TPH tiene un papel limitado. En conclusión, el TPH y la inmunoterapia son complementarios, con el TPH manteniendo un papel central en enfermedades de alto riesgo o cuando fallan las nuevas terapias.



Palabras clave: Trasplante de progenitores hematopoyéticos. Inmunoterapia. Células CAR-T. Terapia celular.